Paloma Corral

Paloma Corral es ilustradora y reside en Madrid. Y aunque es mujer antes que madre, la maternidad le ha abierto un espectro de visión que frecuentemente le inspira para crear. La Verdad que ve en el crecimiento libre de su hijo es la Verdad a la que ha vuelto después de quitarse capas y es la Verdad que ilustra: darnos tiempo, escuchar, cuidar, respirar, pausar, humanizar, empatizar, dejar que la creatividad y la vida sigan su curso…

 

Ella ilustra un mundo menos hostil, un mundo cálido y participativo en el que todos entramos desde nuestra mejor cara. Ella ilustra sueños de tribu y comunidad, de naturaleza que vuelve (o nosotrxs a ella), sueños de crianza consciente, sueños de niños libres, de adultos liberados…

 

Ha trabajado en muchos proyectos editoriales y su trabajo ha sido reconocido, seleccionado y premiado en diferentes ferias nacionales e internacionales del libro y de la ilustración. Su último libro publicado, La Bañera (2020),  es un libro hecho con mucho mimo y tiempo necesario y que está ligado directamente a esas cosas que le inspiran de la maternidad y esas vivencias que llaman banales, pero que esconden magia, aprendizaje y mucho poder, en este caso, el creativo momento del baño.

 

Todo esto lo hace criando a Leo, su hijo de 4 años, quien a diario, a ratos sueltos o el fin de semana, ve trabajar y pintar a su madre. En esta entrevista, Paloma nos acerca más a su mundo y a su vida de artista-madre.

 

 

 

 

¿En qué momento de tu carrera como ilustradora fuiste madre?

 

Pues me pilló en un momento de crecimiento profesional, por eso cuando nació Leo me invadió el miedo a desaparecer y acepté los primeros encargos cuando mi hijo aún no tenía ni un mes. Fue un momento súper productivo y donde me encontré también con una manera de crear más rápida, más al grano, más decidida. Siento que afiance mi estilo personal desde la confianza.

Estoy convencidísima de que todo esto no hubiera sido posible sin la oxitocina que generaba gracias a la lactancia a demanda ni la felicidad que me generaba tener a Leo.

 

 

 

¿Tu arte cambió después de conocer la maternidad?

 

Sin duda y en todos los aspectos. He ido afrontando los encargos con mayor confianza y como la maternidad no te deja mucho tiempo voy más al grano, soy más resolutiva. Por otro lado esta experiencia vital tan salvaje me hizo desarrollar proyectos personales para hablar de lo que estaba viviendo. Desarrolle íntegramente dos álbumes de los cuales también cree el texto. Estos proyectos están evolucionando de una forma muy orgánica y naturales, como el crecimiento de mi hijo. También me ha permitido desarrollar ilustraciones y bocetos sueltos que tocan el tema de la crianza y la maternidad, y abordar otros temas de interés con otra mirada y enfoque. Es como si la maternidad me hubiera dado una voz más segura que se nota gráficamente.

 

 

 

¿Cómo influye tu hijo en tu trabajo y tu forma de crear?

 

Además de como fuente de inspiración para crear mis propios proyectos personales como he contado antes también ha influido en los tiempos que dedicó a ilustrar. Después de ese chute de energía inicial de los primeros meses como madre, la energía baja y la demanda según va creciendo Leo es mayor, así que el tiempo que dedico a ilustrar es menor. He ido ajustando mis horarios en función de sus etapas evolutivas. Cuando era muy pequeño trabajaba cuando él dormía, pero ahora llega la noche y caigo con él. Así que ahora trabajo principalmente los fines de semana que es cuando mejor podemos conciliar la crianza con mi pareja.

Últimamente también intento sacar espacios para crear con mi hijo, a la vez, pero son muy cortos y a veces me desespera que justo cuando estoy entrando mentalmente en el proyecto, él ya se ha cansado de pintar y quiere jugar a otra cosa. :)

 

 

 

¿Y tu creación en tu crianza?

 

Crear, dibujar y jugar con distintos materiales plásticos es algo natural en el ser humano, surge de forma espontánea cada día, a ratitos, igual que surge la necesidad de correr, saltar, gritar, comer, dormir…

Leo tiene al alcance de la mano todo tipo de materiales de calidad que uso en mi trabajo y que permito que use siempre que quiera. Creo que esto es una regalo; a menudo el material artístico destinado a les niñes es de mala calidad y eso les condiciona.

Por otro lado me gusta estar ahí más bien observando, a modo de asistente cuando lo necesita, cuando me pide algún material, que le cambie el agua, que le de otro pincel… Intento no condicionarle, ni guiarle, ni “enseñarle” a dibujar, ni indicarle que colores salen mezclando ciertos colores, ni decirle cómo se utiliza tal o cual material porque sería matar su verdadera expresión plástica, robarle sus descubrimientos que se van dando de forma espontánea. Es precioso ver su carita cuando descubre cosas.

Cuando quiero mostrarle alguna técnica, preparo el espacio y simplemente me pongo yo a usarla y él por pura curiosidad e imitación se pone conmigo a experimentar.

 

 

 

Háblanos de los proyectos que están directamente ligados a tu maternidad.

 

La maternidad ha influido indirectamente en todo mi trabajo pero me gustaría destacar dos proyectos personales de álbum ilustrado que han surgido a raíz de esta experiencia vital y que he desarrollado íntegramente.

 

“El Abrazo” es un álbum que gracias a la maternidad terminé de cerrar tanto en concepto como en forma. Es un proyecto que llevaba años desarrollando a raíz de la creación de un personaje. La maternidad me abrió otro camino y lo que en un principio iba a ser un libro de viaje-aventura se convirtió en un libro que habla sobre la importancia de los cuidados. Es un proyecto que ha sido seleccionado en bastantes concursos prestigiosos internacionales de ilustración y como álbum en el The Unpublished Picturebook. Me hace muy feliz. Está en trámites de venta así que pronto verá la luz y llegará a las casas para llenarlas de abrazos.

 

“Mimir mamar” es un álbum que vino a mi mente de forma repentina, con una certeza increíble, una de esas noches en las que no pegas ojo enlazando tomas y pasándote horas con tu criatura de semanas sobre tu cuerpo. Es un libro que habla sobre la lactancia, sobre los peligros que acechan en la noche a las criaturas mamíferas y el instinto de protección que tenemos las madres. Lo primero que me vino fue el texto, fue muy rápido crearlo y he estado bastante tiempo buscando la clave gráfica que creo haber encontrado recientemente. Estoy moviendo las ilustraciones y desarrollando la maqueta para seguir el proceso de creación del libro

 

 

 

 

¿Ves luz al final del túnel de la conciliación entre la Artista y la Madre?

 

Claro, las etapas pasan y podemos vivir en ellas de forma natural, sin prisas, gozando de los que cada momento nos trae. Soy una privilegiada por poder estar disfrutando de la crianza de Leo.

 

 

 

¿Qué es para ti lo mejor y lo peor de la maternidad?

 

Lo mejor, el proceso de crecimiento personal y el gran cambio de mirada hacia la vida en general que me ha traído Le. Es mi maestro, aprendo muchísimo de mi gracias a él, es el espejo de mis patrones y mis limitaciones. El me ha llevado descubrir mucha información sobre psicología, sobre respeto profundo, sobre autorregulación, sobre antropología, sobre feminismo.

 

Lo peor es el entorno en el que vivimos estructurado sobre unos pilares que menosprecia la maternidad, los cuidados y la infancia. Sobre este terreno cada día toca sortear a los opinólogos de toda índole que se creen con derecho a juzgar, criticar, cuestionar, etiquetar lo que haces con tu hijo y a las madres en general, cargándolas con toda la responsabilidad y culpa. Siempre pienso en cómo viven la maternidad las culturas matrifocales, compartiendo espacio de cuidados entre mujeres, sosteniéndose las unas a otras en estos momentos que tanto lo necesitamos. Quizás algún día volvamos a recordar esa manera de vivir.